Falla Protegida

Posted: 12/25/2011 by Jack Bronson in
0



- ¿Cómo te sientes?
- En paz…
- Ha sido un gran esfuerzo.
- No sólo mío.
- ¿Vale la pena?
- Claro que si… cada segundo…
- Ok… ¿Listo?
- Si…
- ¡Aquí vamos!… Registro A-01. Inicio de Protocolo. Sujeto Leonard Robbins Cass. Ejecutando Salto Prueba… 5, 4, 3, 2,1…


Quinto Capítulo – Falla Protegida

Esta es la sensación. La luz. Una luz que parece inundarlo todo, viajando por tus poros, tus ideas, tus afectos. Es líquida, es espesa, es aire, gelatina, todo a la vez. Un sentimiento de libertad. Tus sentidos se excitan al máximo. No te permite pensar. Luego las imágenes. Ante tus ojos, se van dibujando rostros multiplicados. Un mosaico de repeticiones de una misma persona. Millones de caminos. Uno está trazado, remarcado, los demás son difusos. No consigues prestarle mucha atención, es confuso, es eterno. Nauseas. Vista borrosa. Somnolencia. Luego todo se torna blanco una vez más, sientes que tu cabeza, tu cuerpo estalla en indescifrables sensaciones, hasta que, cual niebla, se va disipando, encontrándote nuevamente con una realidad palpable.

Robbins, tras semanas de trabajo, ha conseguido saltar. El procedimiento se ha aislado. Esta es una variación del prototipo, un pequeño salto en el tiempo de prueba, en base a un rediseño del anteriormente utilizado con Joviana. La información recuperada de las bases de datos presentaba daño físico. Algunas secuencias y algoritmos, ya no estaban ahí. Hubo que reemplazarlos y tomar el riesgo.

Pero ya está. El joven tecnólogo ha conseguido dar el primer paso. Revisa los indicadores y gráficos en el panel de su muñeca. Los primeros dígitos indican la fecha, los siguientes son las coordenadas del lugar. Todo indica que se encuentra a metros de un sector residencial. Por la dirección, parece estar a pocas casas del hogar de Joviana. Es un día antes del incidente. Aquel día recuerda haber acompañado a Joviana hasta su casa. Vicente fue trasladado de urgencia a otro laboratorio. Ella no deseaba volver sola. Él se ofreció a hacerle compañía. Robbins vuelve a revisar los dígitos Una tercera cifra se comienza a dibujar en el panel. Es un dígito que, en base al diseño, no corresponde a ningún indicador. ¿Una avería? ¿Información basura? Quizás. No coincide con ninguna coordenada.

El escaneo de signos vitales no advierte ninguna disfunción producto del salto. Aún así Robbins se siente algo mareado. El oído medio se desorienta con facilidad. Si el oscilar de las olas del mar provoca estragos, es normal que un cambio innatural de tiempo espacio pueda ocasionar un impacto no menos significativo. Avanza. El procesador de su brazalete dispara una alarma. Advierte de la presencia de Joviana. ¿Puede ser esto posible? ¿Así como así? Las probabilidades parecen coronar su esfuerzo. Robbins ha dado con su objetivo sin siquiera haberlo planeado.

La emoción y la incredulidad son embriagantes. Sólo atina a correr en la dirección indicada. Las veredas parecen vacías. Algo diferente a lo que recuerda de aquel día. Por instantes parece estar en un sueño mal editado. Avanza. El entusiasmo no le permite pensar. A lo lejos se va dibujando la imagen de Joviana. Es ella. Por díos, claro que es ella. Puede sentir su aroma, su presencia. Al fin la ha encontrado.

- ¡Joviana! ¡Joviana!
- ¿Robbins?
- Por fin. Por fin te encuentro.
- ¿Qué? ¿De qué hablas?

Robbins no puede detenerse. Le toma de la cintura. Ella sorprendida, simplemente se deja guiar por sus brazos, hasta chocar con sus labios. Ya no hay ideas, no hay motivos, no hay miedos. Robbins se siente en calma, tan feliz, tan… Pero algo no anda bien. El ordenador de su pulsera comienza a disparar una nueva alarma. Él también se percata de que está cometiendo un error. En medio de un apasionado beso, ambos se frenan de golpe y se alejan asustados. Se miran con extrañeza, algo no calza, algo no está bien. Casi al unísono pronuncian la misma frase.

- ¡¿Quién eres tu?!

La visión de Robbins se torna borrosa. Nuevamente la luz comienza a envolverlo. La imagen de Joviana se va diluyendo. De Joviana o quien quiera que sea esa mujer. El chico no le identifica. Es idéntica, pero no es ella. ¿Qué está sucediendo? El panel comienza a generar un nuevo aviso… el procedimiento que lo trajo hasta aquel lugar se interrumpe. La luz desaparece y todo es oscuridad, silencio. La cálida luminosidad es suplantada por una “nada” fría, aterradora. Comienza a perder el aliento. Primero escucha un sutil e intraducible murmullo. Luego cientos de imágenes comienzan a girar alrededor de él…

- Debes tener cuidado, no se pueden enterar.
- Es nuestra naturaleza Robbins. Todo cambió y somos responsables de ello.
- No es posible volver atrás.
- Nada cambia.
- ¿Qué crees que estas haciendo?
- Están todos muertos.
- Antonia es inocente. Ella no es parte de mis planes.
- No permitiré que vuelva a suceder. Prefiero morir.
- Hay sacrificios que son necesarios.

Robbins comienza a desvanecerse. Una estática infernal envuelve sus sentidos. Le cuesta mantenerse conciente. Las cosas se han tornado más peligrosas de lo que creía. Fue un error improvisar con el protocolo. Quizás un poco más de tiempo. Quizás un poco más de paciencia. El aire parece agotarse. Su pulso va diluyéndose.

- ¡¡ Despierta Leonard !!

Una tenue y conocida silueta acude en su ayuda.

- ¡¡ Despierta !! ¡¡Reinicia el sistema ahora ya!! ¡¡O te perdemos!!
- ¿Ant…?
- ¡¡No digas mi nombre!! Los Limpiadores pueden escucharte. Están siguiéndome. Sólo cálmate, que todo terminará en unos segundos.
- ¿Limpiadores?... ¿Cómo es posible? ¿Dónde estabas?
- Tonto. Estuve esperándote para poder ayudarte. Cuidándote como te prometí. Como siempre, mi amado estúpido.
- Esto es una alucinación…
- Ahora simplemente es… luego tendrás tiempo para entender.
- No te vayas otra vez…
- Tranquilo. Nos volveremos a ver.

Sistema Reactivado. Informe de error 2-6RefH” Un fuerte sonido metálico, como la de cientos de aspas terminan por aturdir a Robbins. La luz regresa, y desaparecen las voces. También aquella silueta. El descenso de la presión y la falta de aire, descomprimen a un asfixiado Leonard. A poco de reaccionar las imágenes a su alrededor se tornan más nítidas, una vez más.

- ¡¿Robbins?! ¡Lo hemos conseguido! El experimento ha sido todo un éxito.
- ¿Stefan? ¿Dónde estoy? ¿Estoy en el laboratorio?
- ¡Claro! ¿Te sientes bien?
- Estábamos equivocados.
- …
- Se acabó. Estamos perdidos. ¡Esto es el fin!
- ¿Qué estas hablando? ¡Qué es lo que sucedió?
- ¡Todos vamos a morir!… Todos vamos a…
- ¡¿Robbins?!

Leonard cae desvanecido, sin mayor resistencia. Stefan sólo atina a reaccionar.

- ¡¡¡Seguridad Llamen a Urgencia Médica!!! ¡¡Llamen a Urgencia Médica!! ¡¡Resiste Robbins!! ¡¡Resiste!!

Al cabo de unos segundos se hace presente un equipo de paramédicos a asistir a Leonard. Stefan observa con ansiedad la escena.

- ¡Qué tiene!
- ¡¿Qué fue lo que sucedió Señor?!
- ¡No es de tu incumbencia! ¡¿Cómo se encuentra?!
- Señor… No tiene signos vitales.

0 comentarios: