Partes

Posted: 11/06/2011 by Jack Bronson in
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El té está servido. La casa es humilde y algo descuidada, pero tiene ese aire familiar, esa armonía de partes que fluyen. Dos cucharadas de azúcar. Ella se detiene en un rincón particular de la habitación. Entre adornos y recuerdos oxidados, el retrato de un niño ocupa un lugar preferencial. Se ve feliz. Es un día soleado. Él abraza su bicicleta.

- ¿Es tu hijo?
- No. Es una foto que encontré hace años atrás, perdida entre la basura. La guardé.
- ¿Por qué?
- Pensé que algún día podría devolverla a su dueño. Imagínate encontrarte con un recuerdo perdido, un trozo de tu vida extraviado. A mi me ha acompañado. En las tardes me siento acá y pienso en quién será ese niño. Quizás es una buena persona, quizás sea mi asesino, quizás ya no existe, quizás también está perdido. Uno sabe como comienzas las cosas, difícilmente se imagina como terminan.
- Eres raro.
- Si. Aprendí a serlo para poder sobrevivir.
- ¿Cómo sabes de mi?
- Alguien que me ayudó me contó sobre ti.
- Eso que me hablas de los alemanes. ¿Qué significa?
- No se. Sólo cumplo con transmitir el mensaje. Han sido más de diez años repitiéndolo, esperando un momento que no sabía cuando ocurriría, sólo sabía que sucedería.

El sol comienza a esconderse tras unas pequeñas colinas. Joviana desea poder quedarse por más tiempo y disfrutar de la paz que ese lugar le ofrece. Hipnotizada, se pone de pie y se dirige a un amplio balcón de madera. Abre las ventanas y se escabulle entre las cortinas. El sonido del viento, el aroma de los árboles, a lo lejos el canto del agua de un pequeño canal. Él le dijo que sólo serían tres saltos aleatorios. Sólo queda uno.

- ¿Cómo se llama este lugar?
- Tres Montes
- Es un lugar agradable. ¿Estas tierras te pertenecen?
- Hoy si. ¿Deseas otra tasa de te?
- Si. Gracias. ¿Puedo quedarme acá un momento más?
- Todo el que quieras.

Pedro camina hacia la cocina. La infusión aún conserva la temperatura adecuada. Hoy se siente feliz. Hace mucho que no se sentía así. La magia que le ha acompañado desde aquella etapa oscura. Si aquella mujer supiera lo importante que es, tal vez jamás llegaría a serlo. Ha tratado de ser precavido, de disimular, controlando el deseo de hablar. Pero debe cumplir con su promesa. Toma una tasa de porcelana, la llena de te y luego la deja reposar sobre un delgado platillo. Camina hacia la terraza dejando una estela de vapor. Al llegar, ella ya no está. Sonríe. Los últimos rayos de sol bañan el primer atardecer de un largo viaje.



Cuarto Capítulo - Partes


- ¿Qué opinas?
- Coincido contigo, son unos gorilas. Stefan, esto es terrible.
- ¿Puedes hacer algo?
- No es lo que me esperaba, es probable que demore un poco más. Déjame pensar. Es casi partir de cero.

Leonel Robbins, se sienta sobre partes de un desmantelado Vortex. Tras el evento, los hombres de Vicente San Martín dañaron de manera crítica la máquina. Su violento ingreso al laboratorio y su vehemente proceder, actuaron como un torbellino en aquel lugar. El equipo de auditores técnicos desgarró parte importante de los circuitos y bases de memoria, en busca de información y registros para su investigación. En palabras simples, hicieron desaparecer el aparato.

- ¿Puedes recuperar las bases de datos?
- En eso está mi equipo. Ese tal Vicente está poniendo muchas trabas, pero contamos con importante apoyo de la planta directiva. A partir de hoy el caso es completa y absoluta responsabilidad de mi unidad.
- Esa información es clave. Sin ella, estoy perdido.
- Calma, concéntrate en las partes. Al terminar el día tendré todo lo que necesitas.
- ¡Mierda! ¿Por qué pasa esto?
- Ánimo. La encontrarás. Se que no es el mejor escenario. Pero este tipo de cosas pasan. Debes aprender a sobreponerse.
- Conozco la máquina, cada pequeño milímetro de circuitos y latas cromadas, pero… pero, estoy asustado.
- Todo va a salir bien. Confío en ti, ella también confía y cree en ti.
- Todo depende de mi ahora. Esto jamás me lo planteé.
- Nadie está preparado para convertirse en héroe; pocos tienen la oportunidad de luchar por lo que aman.
- Pocos tiene la fuerza. No se si la mia sea suficiente.
- ¡Arriba! Veamos ¿Qué es lo primero que harás cuando la encuentres?
- Eh. No se.
- ¿Qué te dice tu corazón?
- Cuando la encuentre. Simplemente la besaré.
- Es una preciosa imagen para tener como meta. Ahora confío aún más en ti. Manos a la obra Robbins, alguien te espera al otro lado.
- Gracias. Comenzaré a revisar los circuitos eléctricos. Por favor, consigue pronto los discos duros. Si perdemos siquiera un bit, estamos perdidos.
- Confía en mi. Nos vemos en la tarde.

Conector A4D25, línea verde, de fabricación estadounidense. Por algo se parte. Una de tantas conexiones. Un trabajo eterno. Robbins lo sabe. Esto es parte de un proceso. Tiene tiempo para pensar, para recordar, para soñar en lo que puede ser, pudo ser y será. Pocas veces uno tiene esa oportunidad. La mayoría de las veces simplemente nos contentamos con desaprovechar y dejar ir. Al menos eso piensa hoy.

Switch 23N18, marca Japonesa. Son escasos. Está en buen estado. Es de tan lejos. Recuerda su hogar. El aroma de los frutales. El color de los ojos de su madre al despertar. Desearía poder tocarla. Pedirle perdón. Quería estar ahí. Simplemente… Dispersor de energía electroestática. Mif-H96. Coreano. Antonia. ¿Dónde estará Antonia? Hace unas semanas revisó su perfil de Factbook. No estaba actualizado. Años sin dar señales de vida. Aquella noche recibió más de treinta llamadas. Estaba tendido en el sofá, viendo televisión, sin prestar atención. Sabe que se habría contentado con que contestara al menos una. Cámara de electrodos Gama-50. Tecnología alemana. Está dañado. Lo anota en una libreta. Su espalda. Recuerda su espalda y nada más que eso. ¿Vergüenza? Prefiere pensar en temor. Todos tenemos derecho a querer escapar. Papá.

Las manecillas del reloj danzan con furor. Robbins ha caminado más de siete kilómetros, y no se ha movido de la habitación. Seis horas y cuarentiocho minutos de trabajo. La puerta se vuelve a abrir.

- Robbins. Sigues aquí. Esto tiene que ser de tu interés. Mira.
- Eh… ¿Un trozo de diario?
- Mi equipo ha estado filtrando innumerable información. Aquí tienes una pista con la que podemos trabajar. Mira la fotografía.
- ¿Es? ¡¡Joviana!!
- Leonel. ¿Sabes lo que significa? Está con vida. Aún podemos hacer algo.
- Tengo que ir por ella. No puedo perder más tiempo. ¿El periódico? ¿De donde es el periódico?
- Es un periódico alemán… Pero, hay un detalle.
- ¿Cual?
- El periódico es de Alemania Oriental…
- ¿Oriental?
- Si… Estamos hablando de 1978, plena Guerra Fría….
- ¡Saltó! Es una prueba de que efectivamente saltó. Debes ayudarme para ir en busca de ella.
- No sabemos si es un salto parcial.
- Es un riesgo. Debo ir tras ella.
- Paso a paso, Robbins. Aquí tienes los datos que necesitabas.

Torreblanca le entrega cinco discos duros y una serie de respaldos en DVD.

- Hace lo que tu sabes hacer. Pero hazlo de manera inteligente.
- Tienes razón. Debo actuar con prudencia.
- Esa es la única manera de conseguir lo que deseas recuperar. Con paciencia.
- Stefan. Ehhh. Disculpa.
- ¿Qué pasa?
- En la mañana me hablaste de recuperar lo perdido. Tu sabes de que hablas. Tu no sólo me ayudas por obligación. ¿Hay algo más, no es cierto?
- Todos perdemos algo, Robbins. Eso nos hace crecer.
- Pero tu perdiste algo muy importante.
- No lo perdí. Sigue aquí, conmigo. En el mismo lugar desde el que deberás sacar fuerzas para seguir adelante. Ya tendremos oportunidad para hablar de dolores.
- Los dolores en ocasiones nacen de ahí.
- Hay que aprender a prestar atención a lo que nos hace bien. ¡Ya! ¡Manos a la obra! Una chica te espera y tienes poco tiempo.
- En eso estoy. Ayúdame con esto.

Robbins le entrega sus apuntes con las unidades que deben ser reemplazadas.

- Ok. Tendrás todo esto a primera hora de la mañana. ¿Antonia?
- ¿Qué?
- Escribiste Antonia. ¿Quién es?
- Hay cosas de las que hablaremos más adelante.



Alemania Orientall 1978 – Distrito 49

En una oscura sala de interrogatorios, tres hombres y una mujer atada a una silla metálica y oxidada.

- Wer schickt dich? Sagen Sie uns, wer dich geschickt.
- No les entiendo.
- Sind Sie Amerikaner? Was ist Ihre Mission?
- ¡Por favor suéltenme! ¡No se qué hago acá! ¡¿Quiénes son ustedes?! Estoy mareada.
- Wir werden reagieren, oder müssen wir Kraft
- Son ustedes. Si. ¡Son ustedes! ¡El viejo me habló de ustedes!
- Sperrt ihn ein. Wenn er Widerstand leistet. Schießen Sie ihn.
- ¡Suéltenme! ¡¿Para donde me llevan?!

Dos hombres, una chica y un largo y oscuro pasillo. Una de tantas estaciones, de un viaje que apenas comienza.

1 comentarios:

  1. Gecko says:

    Kiltro! Tanto tiempo sin pasar por los antiguos pasillos... y en un momento de locura vengo a recordar viejos tiempos, y lo primero que encuentro es una bella foto de tu hermosa hija! que gusto por ti. Espero que la vida vaya a pedir de boca, que estés bien.

    Hasta siempre.

    Tu amigo de México. -Gecko