KILTROENLLAMAS

La idea en principio era aprovechar la efeméride para publicar Dusk Till Dawn, pero me faltaba contenido. Pensé en un cuento de terror, el que conseguí diseñar en mi cabeza, pero ya era tarde, cambié de opinión tras ver a decenas de chicos en las calles pidiendo dulces junto a su familia. Me di cuenta de algo, quizás hasta obvio. Halloween, más que una tradición trasplantada, es una excelente oportunidad integrada.

Halloween es una celebración pagana, que nada tiene que ver con los chilenos, el campo y la sacrosanta tradición religiosa. Ha ido asimilándose lentamente a través de los años. Se difundió a través de los televisores, tras décadas de programas envasados estadounidenses. Inteligentemente se comenzó a ocupar como excusa para lucrar con eventos y megafiestas alusivas. Y hace diez a cinco años atrás, se incorporó la costumbre de niños disfrazados pidiendo dulces.

Me sorprendió ver que en mi pueblo natal el rito del “dulce o travesura” se manifestara con tanta fuerza y efervescencia. Luego comprendí que más allá de cualquier crítica contracultural o susceptibilidad religiosa, esta noche de Halloween ofrece una dinámica que permite integrar a los actores más marginales de la rutina social, los niños.

Los disfraces, la preparación previa, la peregrinación de los padres junto a sus hijos por un par de dulces, ofrecen una oportunidad para compartir en familia que pocas veces se da en el año. La navidad, las fiestas patrias y el año nuevo, se han prostituido a tal nivel que no son más que infancias de consumo y embriaguez, donde los más pequeños quedan desplazados. Halloween viene en su rescate, y se instala como una instancia lúdica de la que nadie puede quedar ajeno, y eso es algo que se debe valorar.

Lo único que espero, es que con los años seamos un poco más originales, e incorporemos figuras terroríficas más ligadas a nuestro ideario cultural: La Llorona, El Tue-Tue, El Trauco, El Viejo del Saco, El Guatón de la DINA, El Gato Maula, La Kenita… personajes más autóctonos y terroríficos, que los padres pueden ir socializando en las primigenias mentes de nuestros futuros ciudadanos.

En esta noche de brujas y espantos… Feliz Halloween a todos los pequeños traviesos.