Blanco Mal
Posted: 1/28/2011 by Jack Bronson in
0
La manera más simple de describir mis últimos días, es la que te puede transmitir un papel en blanco. Esa sensación de sin sentido árido, de vaciedad, de actuar y desplazarse mecánica y desencantadamente bajo un sol intenso, omnipotente. Cargo conmigo, camino como arrastrando un cadáver, sonriendo para no llamar la atención, para no sentirme más patético aún. Choco con una burbuja de humo y con profundos espacios sin contenido, es difícil otorgarse valor, cuando te haz sentido por largo tiempo insignificante. Los segundos pasan y parecen que van ampliando el rango de la soledad, como un Big Bang desolador, mal oliente y desconsiderado. .
Hace unos días atrás, me di cuenta de que terminé convenciéndome inconcientemente de que soy una mala persona, y que en muchos ámbitos desconfío de mi, de mis intenciones, de mis actos. Me diseñé un traje a la medida de las críticas y sospechas de quienes quiero, justa o injustamente. Aquel insight me dejó anclado en ideas y rencores no elaborables. Me he sentido tan solo y basureado, que al final no comprendo mucho de lo que tengo que sobrellevar para sanar de tanto dulce verdugo.
Alguien me dijo “Tienes que aprender a ser malo, no puedes ser siempre bueno… no es natural” Maldita verdad. Esto no se trata de anclarse en el papel de víctima, se trata de que al menos yo consigo funcionar teniendo como respaldo confianzas estructurantes, y el que éstas se disuelvan o te abofeteen libremente, te hiere, te desorienta. Tomar el control total de tu vida implica hacerte parte del mal, porque el mundo no funciona en base a ideales. Dios mintió y asesinó impunemente, antes de aprender a amar. ¿Qué se puede esperar de un insignificante humano como yo?
Hoy recibí una amarga noticia laboral. Una nueva razón para sentir que hay quienes poseen una gran sabiduría vital. No se para qué me he comprometido con algunos seres queridos, con instituciones, con valores, si lo que he alimentado en mi interior es una enorme piscina de frustración, y un ego que se dirige a pasos agigantados al colapso y la desfragmentación. He quemado parte de mi vida en esfuerzos, me he dedicado a objetivos y proyectos traicioneros. He regalado parte de mi vida, sólo para obtener olvido, descrédito y negación.
Siento que comienzo a vomitar mierda. Quizás sea el momento de preparar mi cruzada inversa.
Hace unos días atrás, me di cuenta de que terminé convenciéndome inconcientemente de que soy una mala persona, y que en muchos ámbitos desconfío de mi, de mis intenciones, de mis actos. Me diseñé un traje a la medida de las críticas y sospechas de quienes quiero, justa o injustamente. Aquel insight me dejó anclado en ideas y rencores no elaborables. Me he sentido tan solo y basureado, que al final no comprendo mucho de lo que tengo que sobrellevar para sanar de tanto dulce verdugo.
Alguien me dijo “Tienes que aprender a ser malo, no puedes ser siempre bueno… no es natural” Maldita verdad. Esto no se trata de anclarse en el papel de víctima, se trata de que al menos yo consigo funcionar teniendo como respaldo confianzas estructurantes, y el que éstas se disuelvan o te abofeteen libremente, te hiere, te desorienta. Tomar el control total de tu vida implica hacerte parte del mal, porque el mundo no funciona en base a ideales. Dios mintió y asesinó impunemente, antes de aprender a amar. ¿Qué se puede esperar de un insignificante humano como yo?
Hoy recibí una amarga noticia laboral. Una nueva razón para sentir que hay quienes poseen una gran sabiduría vital. No se para qué me he comprometido con algunos seres queridos, con instituciones, con valores, si lo que he alimentado en mi interior es una enorme piscina de frustración, y un ego que se dirige a pasos agigantados al colapso y la desfragmentación. He quemado parte de mi vida en esfuerzos, me he dedicado a objetivos y proyectos traicioneros. He regalado parte de mi vida, sólo para obtener olvido, descrédito y negación.
Siento que comienzo a vomitar mierda. Quizás sea el momento de preparar mi cruzada inversa.
