Rutina

Posted: 8/23/2013 by Jack Bronson in
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Mi lucha con el despertador parte a las 6:00 AM. A las 6:40 AM, ya estoy atrasado y corriendo. Cigarro, energética y a la ducha. Despertar de golpe, casi una suerte de parto traumático. Luego saltar por el ascensor y caer al paradero. El absurdo taco hasta Plaza Italia. Recojo el diario, busco algún mensaje en el horóscopo, y sin darme cuenta ya estoy en medio de una gelatinosa masa de gente avanzando por la línea 1 del metro. Estación Padre Hurtado. Ya estoy cerca de Salir de Santiago. Luego de unos minutos, vuelvo a cerrar los ojos.

¡¡Rancagua. Terminal O’Higgins!!

Abro los ojos. Ya estoy atrasado. Como siempre, como es esperable. Del terminal a la cola del colectivo. Control reloj. El café. El computador. 9:15 AM, ya ha comenzado un nuevo día laboral. La vorágine de requerimientos, urgencias, consultas, reuniones, papeleo, entrevistas, revisiones, e-mails, subir y bajar escalas. Dos cigarrillos son mis consejeros a lo largo de la mañana. Hasta llegar las 14:00 horas. Desenredo los audífonos, los hundo en mis oídos, un nuevo cigarrillo como compañía y a almorzar.  

Selecciono la última canción antes de comenzar la segunda jornada. Luego regreso a lo programado. Entre las 15:00 y 18:15, es como agujero de gusano que no da tregua. Ya se terminó el tiempo. Apago, cierro, marco, corro a Av. España, subo al Condor Bus. Cierro los ojos. Los abro. Rondizzoni, Santa Ana. Santa Isabel. Ya son las 20:20, he regresado a mi departamento. Lanzo la mochila. Un trago de energética. Al sótano, la bicicleta y a pedalear antes de que mi hija cierre sus ojitos.

Golpeo la puerta, y al otro lado escucho:. “¡¡El Papá!! ¡¡El Papá!!...” esos gritos ansiosos y alegres, de mi pequeña, me llenan el corazón. La única persona que me recibe con una sonrisa a lo largo del día. 22:00 horas y ya voy de regreso sobre dos ruedas, esquivando autos, las sombras y congelado de frío. Luego la once, el computador…

00:00 hora crítica. ¿Qué hacer? ¿Gimnasio o Cama? Gimnasio gana dos a tres veces en la semana. Entre ejercicio y ejercicio, miro de reojo el reloj, pensando en el tiempo que me va quedando para dormir. 2:30 AM… La ropa sobre la silla, las luces, la frazada sobre la cama. Cierro los ojos… fue suficiente día por hoy… Mi lucha con el despertador parte a las 6:00. A las 6:40, ya estoy atrasado y corriendo.

Lunes a viernes. Cinco años. Rutina con algunas variaciones, a veces la jornada laboral se extiende más. A veces el camino es más largo. Durante un años mi cama fue un sofá, luego un colchón de espuma en el suelo. Durante algunos meses intermitentes, mi tiempo lo invertía en una relación de amor; en otras el contexto estaba sazonado por crisis gremiales. En otras adornado por crisis de pareja, en otros teñidos por depresión o enfermedad; pero, al fin y al cabo, es siempre la misma rutina. Una o dos semanas de vacaciones por año. Este año sólo seis días administrativos.

Tuve una polola que creía que me sobraba tiempo, energía y corazón para engañarla. Era natural que me ofendiera, porque me sobraba amor para no hacerlo. Al final terminó argumentando que era una infidelidad simbólica (¿?) y optó por liberarme tiempo para estar más solo aún. Cómicas y patéticas ironías de la vida.

-          ¿Cómo estas wey?
-          Triste, pero bien… ¿Y usted?
-          ¿Qué te pasó, por qué estás triste, wey?
-          Cansado y solo… creo que con eso es suficiente.
-          Hum… es verdad  
-          Pero es por el momento no más... nada grave… luego se me olvida.


Cuando traduces tu vida en texto, cuando la contemplas en su real envergadura te das cuenta del esfuerzo, el esmero, la tolerancia y tu propio valor para seguir adelante… Ya han pasado cinco años a este ritmo. Y aunque parezca tortura, lo vivo con dignidad y orgullo, pues he sabido vivirlo, he sabido rescatar lo hermoso, he sido feliz por momentos casi eternos, a pesar de las inclemencias, a pesar de las incomprensiones. Prefiero esto, a perderme en vacíos ociosos. Debo reconocer que ha habido tiempos peores, mucho peores. Eso no es un consuelo, pero sí una evidencia, de que las cosas, en ocasiones y casi de manera natural, pueden ir cambiando y mejorando. 

1 comentarios:

  1. Unknown says:


    sólo decir, aguante!!!
    cuídese compade, autocuidese que nadie más puede hacerlo por usted... y bueno, creo que ese es el primer paso para el amor propio, el gran poder de Scott Pilgrimm