KILTROENLLAMAS

No esperaba recibirlos así. Pero así debía recibirlos. Con carne podrida en el cuerpo, con alma trizada en el corazón, con engaños enquistados en los oídos, con sueños disueltos en los bolsillo.

Hay muchos que han cruzado mis tiempos, mis espacios y silencios. Los abrazo y les doy gracias. Son hoy parte de mi; sangre, veneno y vida.

Hoy me despido de mis muertos. En el día en que me fue otorgado este respiro. Hoy decido por quien debe continuar, crecer, sonreír, tras tanta tormenta de fuego. Tras tanta paz descuidada. No se que me espera. No se quién me espera. Pero se que encontraré la estación en la que podré descansar y contemplar cada uno de los granos de arena lanzados al mar; en donde, por fin, podrán volar y brillarán con el valor de un instante.

Hoy respiro entrecortado, como en mi primer intento; como tras las primeras lágrimas sembradas al llegar. Pero hago una pausa y le doy gracias por la oportunidad de aprender a perder, de aprender a llorar, de aprender a reconocer los errores. Hoy deseo aprender algo más que eso.

Hoy miro a través de mi inmenso ventanal, luces y más luces, y puedo identificar a cada una de ellas. Algunas las atesoro en fragmentos de flash que no malgastaré. Hay sueños escondidos, que desfilan entre ráfagas eléctricas y sombras. En este segundo no busco alcanzarles, con fortuna consigo rozar el reflejo, porque hoy no es el día, hoy sólo me baño en silencio y en un delicado tic-tac.

Hoy me despido de mis muertos. Dejo que entre la brisa, y me dispongo a nadar...

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