Nadie tras la puerta...

Posted: 1/04/2011 by Jack Bronson in
0


- Hábleme sobre tres características que usted considere debilidades, o tres aspectos que cambiaría o mejoraría en usted.

- Eh… confío demasiado en la gente…

Quedo en blanco por unos segundos. Bajo la mirada. Trato de no ser inadecuado. Me dan ganas de invitarlo al club… al club de los inocentes. Simplemente anoto, y luego miro la hora. Ya debería haber salido. Se me vienen a la cabeza antiguas entrevistas compartidas, con bromas internas. Definitivamente es tarde.

Parto el año con ganas de no abandonar este espacio por simple dejación o miedo. Deseo escribir, pero los temas se me escapan, o simplemente no doy con alguno que me llene. Se que lees este espacio. Sabes que te hablo a ti. Se que cada frase que deslice puede ser, reinterpretable, ofensiva o abducida por un deseo incontrolable de confirmar una de esas ideas tuyas. A decir verdad me incomoda o me avergüenza escribir, y en parte me avergüenzo de mi mismo por limitarme, aún sabiendo que no debería prestarte más atención. Por que cada vez que me lanzo a escribir trato de cuidar mis palabras, mis conceptos, para no incomodarte, para no alimentar la lamentable imagen que optaste proyectar sobre mi, y obviamente no fomentar el temor de que marchitaré o mancillaré tu nombre. Créeme. Me conoces muy poco.

- Hola ¿Cómo lo pasaste?

- En que?

- ¡En tus vacaciones pues…!

- Eh… bien.

Miro hacia un lado, sonrío y continúo la conversación. Prefiero no entrar en detalles, y opto por perpetuar ideas menos complejas. Al final, da lo mismo lo que hice y significaron estos días alejado del trabajo. Claramente no estuve de vacaciones. Me centré en una meta, en un compromiso, personal y compartido. Aún así, tras culminar mi viaje, el más delicado de mis miedos se hizo realidad. Creo habértelo dicho tres semanas antes de que lo hicieras realidad. Y lo mejor, elegiste un día significativo para hacerlo efectivo.

No guardo rencor, sólo vacío. Funciono dentro de lo normal. Aún así me siento tranquilo. Con la convicción de que me he rendido. Esta vez haz conseguido apagarme por dentro, y eso significa que ya puedes dormir sin la inquietud de volverme a ver tras tus puertas. Hasta los más tristes deseos se pueden volver realidad.

- ¿Está ocupado este asiento?

- Eh… no…

- Gracias.

Miro por la ventana. El bus comienza a salir del terminal. Abro mi bolso y saco mi netbook. Pienso en que escribir. En algo que tenga sentido. Y comienzo a tirar líneas sobre esta editorial. Deseo que tengas en claro, que de hoy en adelante, no estoy escribiendo sobre ti, ni en relación a ti, ni menos en relación a un nosotros. Al fin y al cabo, eso jamás te gustó. Puedes estar tranquila.

0 comentarios: