No digas que no te lo dije…
Posted: 12/13/2015 by Unknown in
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Ese mentado vicio de calificar el
año que pasa como uno de los peores, es un acto de simpleza impulsiva y medianamente
gratificante… como una descarga o una suerte de desahogo… pero hoy, es algo que
trato de evitar, no sé si por madurez, no sé si por experiencia, no sé si por esquivar
repeticiones tediosas. Pero si… hace un mes atrás era de lo peor, y creo que
era el calificativo que habría tejido de buenas a primeras. La tonalidad
afectiva más nefasta, la frustración y esa sensación de que todo ha fracasado y
de que el mal reina sobre nuestras cabezas… era indiscutible y constatable.
Pero era una visión muy simplona; y eso no me contenta.
Hay muchas maneras de resumir el
año que se va… la más pomposa que he elaborado, es decir que en resumidas
cuentas es una extraña continuación del 2013… es cómo si se hubiera saltado el
2014: el despertar ante la mentira, la desconfianza, la desilusión; la
antítesis de la ética, la dignidad y la erradicación absoluta de la confianza.
Pero en realidad es más que eso… eso quizás es una de las esferas de un año que
no sólo fue así para mí (basta ver la política, la economía y el deporte), sino
que también existieron otras esferas menos catastróficas, más iluminadas y dignas.
La hidalguía de los pocos; el
reconocimiento informal; el despertar del letargo profesional; el termino de mi
sobrecompromiso laboral y el inicio de una etapa de autocuidado razonable… creo
que son los temas que antes no estaban, y que se han hecho fuertes este año.
Pero desde la esfera persona, casi transversal a todo… está mi hija, con capa y
cetro, reinando con plena autoridad. Ha sido su año; año en el que se ganó el
centro de atención, el centro del cariño, la preocupación y el tiempo. Ha sido
fuente de alegrías, risas y grandes satisfacciones. Una dedicación feliz. Ha
llegado a salvar el año, cuando todo se iba al carajo… y es a quién le daría
gracias al terminar esta etapa, por siempre haberme invitado a jugar y por
sorprenderme con su corazón e ingenio.
¿Fue un año difícil?... sin duda…
“y no me digas que no te lo advertí”… pareciera decir mi fuero interno. Ya en
una de las pocas editoriales de este año, en “Capacitado”, del 4/14/2015,
presentía cambios radicales y desconcertantes. Al final ha sido el año de la
Cabra… ¿Qué más se podía esperar? En promedio ha predominado lo nocivo, la
decepción y la paranoia… pero ¿cuándo no?... Este año compré una calavera, cual
Gobernador de Walking Dead, como símbolo de que eso siempre está ahí. No hay
que ser inocentes, la inocencia te envenena. Hay que comulgar con un mundo que
está lejos de ser ideal, lejos de ser justo, lejos de ser noble… nuestra pega,
o al menos a la que yo le he dado vitrina, ha sido crear ese mundo para mi,
para mi hija y la gente que quiero y respeto… independiente de que el horizonte
esté reinado por sombras y festines de traiciones.
Se abre el 2016… no sé cómo será…
pero tengo el presentimiento de que será mejor, mucho mejor.
