El Sueño de ser Grande
Posted: 7/08/2015 by Unknown in
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Estoy ahí, tendido en el suelo escuchando como los penales nos roban la gloria ante Brasil. Aún mi cuerpo sufre los espasmos nerviosos del éxtasis de haber sido testigo de un momento épico, que no se vive como derrota, sino que como la evidencia del inicio de algo inimaginable. En ese instante vino a mi ese flash, vi esa imagen… un destello apasionado que emergía como un suspiro del futuro… a Claudio Bravo alzando la Copa América… y parecía una alucinación, un arrebato de locura de mi inconsciente agitado, una briza nacida de un mundo alternativo
El sábado 04 de Julio del 2015
fumaba el cigarrillo de la angustia… aquella visión caminaba en el límite de la
realidad. Estoy junto a mi hija. Deseo que ella vea desde su inocencia lo que
yo no he visto aún en mi adultez. (Aunque le importe un rábano el futbol). Deseo
presenciar ese salto épico de la derrota a lo desconocido, lo imposible, lo glorioso.
No podía ser una final simple, tenía que ser una final maravillosa, ante el
eterno rival, ante los reyes del futbol sudamericano, en un partido eterno,
hasta la última instancia, hasta que el sudor se confundiera con las lágrimas…
Y la pelota entra dando botecitos y el grito fluye sin esfuerzo… ¡¡Somos
Campeones!! ¡¡Por Fin Somos Campeones!!
Caminando entre la multitud eufórica,
siento que Chile, más que alcanzar un logro anhelado, ha superado una etapa en
su vida. El exitismo no abarca la complejidad de este instante, no es sólo
euforia y festejos; hay melancolía, recogimiento y paz en mucho de los rostros.
El Futbol Chileno, y el amplio margen que ese deporte ocupa en nuestra
identidad, ha producido un salto lógico en nuestras conciencias y en la manera
de ver la realidad. Siento que el chileno con esto madura, renuncia a su infancia doliente y ahora estamos
a nuestra suerte en el mundo, ya no descansamos bajo el peso de maldiciones o
imposibles, ahora sabemos que se puede, que somos capaces y que la
responsabilidad es nuestra. Eso es madurar, pasar a otra etapa, crecer como país.
Me conmovió cuando un niño
chileno se acercó para consolar a Lionel Messi. Creo que esa imagen transmite
la esencia de una nueva generación y el espíritu deportivo que desarrollamos y aprendimos
a llevar. Porque somos hijos de la derrota, del desastre, de la tristeza. Es un
retrato mágico y una despedida simbólica. Ese niño es el que nos acompañó por
años, el que fuimos durante décadas y hoy es el que acompaña al héroe caído, diciéndole
con voz dulce "Tranquilo... nadie muere por esto... créeme que te
entiendo... nosotros lo vivimos por una eternidad"