KILTROENLLAMAS

“Y así es como bajo la actual legislación, en vista de lo establecido en el decreto con fuerza de ley 548 del 1963, articulo 11, inciso 24, y luego de dos años de castidad plena y satisfactoria, y ante el Notario Público, Rafael Ganimedes Tobar, quede establecido, que a partir de hoy, he recuperado mi virginidad.”

Fuera de bromas, es verdad. Y si bien para algunos suena aterrador, francamente absurdo, inconcebible, contra natura, o una fuente prolífica de bromas y de maces, efectivamente dos años de castidad hay que destacarlo… ¿qué más se puede hacer? ¿Lamentarlo? No, para nada. Al final me siento bien conmigo mismo, estoy más cerca de quien deseo ser, no extraviado en relaciones, ni vínculos tortuosos y artificiales. Y eso lo valoro y agradezco más que nada. 

  

El papiloma que me puedan haber contagiado, ya debe haber muerto de hambre; los condones son reliquias que podré vender a buen precio en alguna feria de antigüedades; las habilidades de dormitorio que pueda haber perfeccionado, quizás ya las olvidé. Esta esfera de mi vida está vacía, porque sinceramente me importa un huevo. No me esfuerzo ni me motivo por una simple razón. Dicen que mi visión es de mina, pero es la visión que siempre me ha hecho sentido… sin amor, no concibo la pasión.

Técnicamente, he vuelto a ser virgen, sin lamentarlo, sin complicarme, ni angustiarme. Es más, lo refiero entre sonrisas, y lo sostengo con orgullo. Como le dije a una amistad, “hoy mi corazón está en estado de nirvana, tranquilo, feliz… y eso es impagable”… Independiente de que hoy exista o no alguien a mi lado, he aprendido a amar, más que nunca.

¡¡Salud por eso... !!