KILTROENLLAMAS

He perdido la oportunidad de escribir decenas de editoriales, por abc motivos, casi todos vinculados con la escasez de tiempo. Han sido meses complicados, de alta carga laboral, agotamiento y caída. Los anhelos de emigrar, tan habituales, se hacen cada vez más fuertes, quizás ya llegué a mi limite.

Asumir un desafío, ni siquiera por bolitas de dulce, quizás fue un error. Sobrevalué mi capacidad de automotivarme, más aún conociendo la real naturaleza del universo en el que me desenvuelvo. El reconocimiento es tan escaso como el maná, tan poco esperable como el maná, y a la larga, sin fuentes que sustenten el esfuerzo, eso te cobra la cuenta.

Estoy quizás harto de las palabras, de las posibilidades, de los proyectos, de las promesas. Hay ocasiones en las que el futuro me susurra al oído, y me embriaga con sus ideas ansiógenas. Quizás una vez más he caído en manos de mi vicio, de entregarme ciegamente y embarcarme arriesgándolo todo. Nuevamente siento que era inevitable, que es lo que debía hacer… pero esta vez se que deseo más que simples migajas.

Más que una editorial, ésta es simplemente una referencia al estado del arte de las cosas. No es un escenario por si desesperanzador, ni critico… Quizás si una advertencia, una luz de alerta que se ancla en el presente, con el objetivo de evitar arrepentimiento. Hace poco me detuve a pensar que quizás pensar en el futuro no me ayuda mucho, habitualmente es un arma de doble filo. Prefiero simplemente hacer lo que me parece correcto… y eso hoy, se traduce en aprovechar la primera oportunidad que se me presente, sin siquiera detenerme a mirar atrás.