Contemplar los Escombros
Posted: 7/12/2013 by Jack Bronson in
Hay ocasiones en las que te
sorprendes, otras en las que te desilusionas, otras en las que simplemente te sientes
o te hacen sentir mal. Me he dado cuenta que me he convertido en un experto en
disociar, pero para percatarme de ello, ha sido necesario que se comenzaran a manifestar
las primeras fallas. Mantenerme funcional justifica muchos medios, pero el
costo en ocasiones puede ser muy alto. Estos últimos días han sido un torbellino
interno agotador, en las que se han presentado sucesivamente mis diferentes
imaginarios, y donde cada una de las escenas, confluyen en un solo punto… la
tristeza.
¿De qué manera llego a este punto?
Quizás el simple cúmulo de emociones frustrantes que he tenido que aplacar. Soy
humano, también sueño, y me desilusiono, y eso afecta… Aún así el centro de
todo esto es uno en especial, y se remonta a la dulce semana previa a mi cumpleaños…
hermoso y magistral regalo. Ese instante se catapulta como la decepción más
inesperada y significativa de este año, y que de una u otra manera terminó recortando
y mermando mi ánimo, confianza y autoestima de forma crítica. Desconcierto,
impotencia… ¿Cómo sintetizarlo?… Creo que con un “¡¡¿Que Chucha?!!” “Gracias…”
Dudo que alguien pueda decir en
su vida que previó aquel accidente que lo dejó herido. Yo quedé algo parapléjico.
En mi caso tenía precedentes (es cosa de revisar este blog… a veces se me
olvida revisarlo), pero aquel torpe deseo de que las cosas funcionen, ese afán
infantil de creer que mientras más te entregas, mientras más amor das, más incondicionalidad
recibes o más certezas siembras en el otro... no es tal… Ese mal vicio de confiar… te
deja vulnerable y te lleva a verte envuelto en lo que más duele.
Creo que he pasado demasiado
tiempo aferrado a la tierra, tratando de mantenerme firme. Y ya me es patente,
que al final, más que proyectar fortaleza, termino reflejando la idea de que
soy insensible a los golpes. Pero he llegado a un punto en el que quisiera poder
descansar de las constantes perdidas; de la lógica como medida de contención;
de gestionar una y otra vez esa melancolía que cada vez se vuelve más
escurridiza. No se pueden imaginar lo sanador que ha sido permitirme llorar y
aceptar que estoy hecho mierda por dentro.
Me di cuenta de algo tan
simple... hoy le tengo miedo al dolor... y me aferro a esa sensación tan
humilde, como sincera... y me acepto asustado... temeroso de que vuelva a
sentir algo así o peor… y aunque parezca paradójico guardo la convicción de que
es un pequeño paso en este reordenar piezas y desprenderme de promesas nimias.
A veces desearía volver a aprender
a soñar… pero hoy aún estoy aterrado contemplando los escombros.
Sebete, no más decirte que siento que en verdad el tema es distinto de antes... las temàticas son las mismas, porque, como bien planteas, somos humanos y la verdad es que dentro de todo somos bastante predecibles... pero creo que en los detalles se refleja el verdadero crecimiento y la verdadera iluminación... el permitirse espacios y cagarla, no desde la autocompasión, sino desde el afán sincero de crecer y construir algo nuevo,pff, no tiene precio y creo que muchos pasan por este retiro espiritual que es la vida sin darse cuenta de ello... felicidades y bueno, el anestesiamiento es una parte del proceso, luego toca hacerle empeño a la re vitalización... el concepto clave acà es, como sabiamente señalas "confianza" no para afuera, sino hacia el interior...