Municipales 2012
Posted: 10/31/2012 by Jack Bronson in
0
No lo vi venir. A lo sumo mis predicciones
apuntaban a una escasa participación del electorado y el regreso en gloria y
majestad del voto obligatorio. Pero asistir a un verdadero hito histórico,
estaba fuera de mis expectativas. Porque así fue, un evento histórico que quizás
algún día sea documentado y reconocido cabalmente. El fenómeno no requiere
mayor análisis. El resultado de las municipales 2012 fue una vendetta de los jóvenes
en el terreno de los viejos, la consolidación del descontento de las nuevas
generaciones a costa de los vicios de las antiguas.
La bullada e inesperada caída de Labbé,
Zalaquett y Sabat, íconos de la resistencia al movimiento estudiantil, es una
muestra de este sorprendente escenario que se abrió tras los comicios
municipales. Desde mi análisis, esto se debe a un efecto rebote de la
instauración del voto voluntario y la inscripción automática, sumado a la
disposición política hormonal de un grupo etáreo entre los 18 y 22 años.
Primero, el voto obligatorio estadísticamente
ofrecía un electorado de conducta previsible. Los mismos, con pequeñas
variaciones de opinión que no encerraba mayores desviaciones. Al ser voluntario
el voto, este universo se torna inestable y la oportunidad de desentenderse de
un tedioso acto cívico fue tentadora. Esto implicó una considerable baja del
voto tradicional. Por otro lado, la inscripción automática, libero a muchos de
la burocracia del registro electoral, y facilitó el ingreso de una masa fresca,
con otra impronta política, con otras motivaciones, con otra visión de mundo. El
resentimiento latente y los ánimos de cambio de este grupo, sumado a la baja en
el voto costumbrista, desencadenó resultados que, de tan inesperados, llegaron
a parecer aleatorios.
Lo que ocurrió es emocionante y esperanzador,
porque luego de décadas la política retorna a las manos del pueblo y deja de
ser parte de un simple ajedrez monótono de las cúpulas partidistas. La voz del
los indignados se hizo valer, la voz de los jóvenes tomó cuerpo de manera
patente, y esta maquinaria pesada y monocorde del estado comienza a remecerse
desde sus cimientos.