Divagaciones sobre la Confianza
Posted: 8/18/2012 by Jack Bronson in
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La confianza es uno de los aspectos que mantiene en pie las relaciones humanas, y de igual manera, es el talón de Aquiles de todo vínculo; si se pierde, los lazos corren peligro. En la amistad, en los negocios, en el amor, la confianza es un suministro básico. Pero, a pesar de ello, la confianza puede estar determinada por aspectos meramente subjetivos y personales, asunto que la relativiza.
Desde mi punto de vista, uno confía en el otro, cuando se cuenta con convicciones y expectativas claras respecto a un interlocutor de comportamiento constante. Implica establecer un contrato implícito de protección, lealtad y cordialidad. Cuando uno confía, no teme, no hay necesidad lógica de disponerse de manera defensiva, y por tanto se vivencia la interacción como un espacio de armonía y seguridad, que no desgasta, sino que nutre y contiene. En confianza uno se puede “fiar”, se entrega a cambio, se ofrece como “don”, en cuanto, en principio, es un acto mutuo; no egoísta.
Como la mayoría de las concepciones humanas, la confianza posee una alta carga subjetiva, y depende del imaginario de quien confía. Uno jamás puede acceder a la suficiente información del otro como para contar con certezas plenas acerca de su comportamiento y propósitos. Uno completa dicha información con fe, y elementos propios de las expectativas, anhelos, experiencias personales. Confiar es necesario, tanto para crear redes, como por sanidad mental. Una mente o un espíritu inestable no consigue establecer dichas confianzas, perpetuando la sensación de peligro, de fragilidad, de permanente lucha con su entorno.
A pesar de lo antes dicho, debo reconocer que con el tiempo he ido perdiendo mi capacidad para confiar en otros. ¿Ofrece cierto desquicio? Si. Quizás si terminas algo desgastado. Mi confianza en los otros, se ha tornado parcial y muy limitada. Esto me protege, en alguna medida, de frustraciones y pactos traicioneros, de promesas y expectativas que se disuelven con el vaivén de los impulsos; situación que en el último tiempo, ha sido una tónica. Pero la confianza no sólo es un elemento relacional, en principio y a la base es un elemento de sobrevivencia, que en último término hace referencia al yo.
Confiar en uno mismo, más que esperar de los demás. Ofrecerte a los demás, sin esperar nada a cambio, pues tú te conviertes en el único proveedor de paz y estabilidad. No dependencias, no exigencias, no expectativas. Conociendo tus propios límites y posibilidades de acción, el horizonte es algo más nítido. Con el paso del tiempo, es un giro, curiosamente menos egoísta que confiar en otros o exigir muestras de confianza. Puede sonar solitario, pero aún no tengo certezas plenas sobre quienes me rodean, y creo que jamás las tendré. Aún así, no creo estar necesariamente en lo correcto, y sinceramente, me gustaría estar equivocado.